jueves, 20 de marzo de 2008

Aportes externos a la cultura íbera

TARTESSOS

La primera agricultura de Andalucía se encuentra aislada, desconociéndose de dónde pudo haber llegado. Parece ser, en cualquier caso, anterior en hasta mil años a la llegada de la cerámica Impreso-Cardial.
Posteriormente, sin embargo, Andalucía occidental ha dejado un registro arqueológico muy débil y continuista, percibiéndose a menudo influjos de Portugal y Extremadura. Hacia 1800 adC aparecen en el sur de Portugal y en algunas localizaciones de Andalucía y Extremadura una serie de grupos difusos que, por conocer el bronce pero por nada más, pueden vincularse hipotéticamente con El Argar. Quizás pueda existir una relación con la expansión de los llamados Pueblos del Mar. También existe la teoría de que puedan ser grupos indoeuropeos. Los historiadores no acaban de ponerse de acuerdo en cuanto a los antecedentes de Tartessos.
Pero realmente no puede hablarse de una cultura tartésica hasta la fundación de Sexi (actual Almuñécar), Toscanos (en Málaga) y Gadir por los fenicios. Los prehistoriadores se refieren a ella comúnmente con el apelativo de "orientalizante", subrayando la creciente influencia púnica presente en ella. Se cree que los Turdetanos, uno de los pueblos íberos, son sus descendientes culturales y ocuparon su terreno.


FENICIOS Y CARTAGINESES

La antigua Iberia fue objeto de las ambiciones coloniales de los fenicios primero, que hacia el siglo IX adC fundaron su primera colonia ultramarina en el otro extremo del Mediterráneo, Gadir, buscando con seguridad las exuberantes y míticas riquezas minerales de la península y otros territorios atlánticos. También fundaron toda una serie de colonias por las costas andaluzas, como Toscanos (Torre del Mar), Malaka (Málaga) o Abdera (Adra), en Almería. Hay constancia de sus explotaciones en la península sobre todo de metales (oro, plata y estaño), en la zona de Río Tinto, y en otras minas de la provincia de Huelva. Todas estas explotaciones trajeron mucha riqueza, no sólo para los fenicios, también para las clases altas de los habitantes de la zona, comprobable por haberse encontrado varios tesoros en algunas necrópolis de la época.
Los cartagineses eran pueblos cananeos de origen fenicio asentados en la costa africana. Ya antes de la Segunda Guerra Púnica contra Roma, tuvieron un papel importante, sobre todo por su explotación de la península y las colonias que fundaron, como Ebysos o Ebousos (actual Ibiza). Esa colonización comenzó en el siglo V adC. A raíz de la enorme deuda que contrajeron con Roma en la Primera Guerra Púnica, comenzaron la explotación masiva de la península, sobre todo de metales, como la plata. Tuvieron que vencer fuertes resistencias indígenas como las de los guerrilleros Istolacio e Indortes.


GRIEGOS

Los griegos entraron primero en contacto con Tartessos durante el siglo VIII adC. Fundaron más tarde asentamientos en Cádiz, Málaga (Mainake) y Alicante.
Los griegos focenses, procedentes del Asia Menor, fundaron asentamientos en la costa noroccidental mediterránea, como Massalia y posteriormente Emporion, Rhode, en el golfo de Rosas o Ullastret. La fundación de Emporion por los griegos marca el inicio de la disputa entre fenicios y griegos por las riquezas de las Hespérides, en la que los íberos, al ocupar la región costera mediterránea, se verán envueltos inevitablemente.

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