domingo, 17 de febrero de 2008

Pequeñas cosas, grandes consecuencias...

Al final, las pequeñas cosas siempre son las que más sentido tienen.

Una y otra vez veo esta sentencia como un dogma, como aquello que, sabiendo que es cierto, siempre descuidamos más y nunca le damos demasiada importancia. Al no darle demasiada importancia, esas pequeñas cosas se van descuidando, desmejorando y, con el paso de los largos años, se van deteriorando hasta que al final se mueren.

Una vez muertas, se nos desgarra el alma al ver que no podemos recuperarlas y que el curso de nuestra vida, desde que esas pequeñas cosas murieron, cambió y ya nunca volverá a ser como fue entonces, aunque a veces puede que el deshacernos de esas pequeñas cosas nos cambie para mejor, casi siempre es para peor.

Mi consejo es tener pocas cosas pequeñas, bien cuidadas y bien regadas, que cuando quiera pueda ir a un banquito dentro de mi jardín, en mi cabeza y poder contemplar como esas pequeñas cosas lucen como los mejores arbustos de plantas aromáticas y que su olor impregna todo mi ser.

sábado, 9 de febrero de 2008

¡A la mierda!

En fin, ahora sí, esta mañana di por cerrada ya eternamente mi etapa con esa mujer, hay cosas que no me gustan de ella y no, no quiero hablarlas con ella, no quiero que escuche mis problemas, no quiero nada con ella. Como dijo el gran Sabina: “yo no quiero 14 de febrero ni cumpleaños feliz”.


Harto ya de que juegue conmigo, ahora sí, ahora no, ahora te hablo, ahora te saludo y ahora no te quiero saludar pero por el msn te digo que estaba estresada, pero en realidad no te quería saludar. ¿La verdad? Me la suda que leas esto, tienes esta dirección y si lo lees, pues muy bien, felicidades, ¿querrás un pin cuando lo hayas leído? Espero que esto te sirva para ver que quiero cerrar esta etapa, que no tengo nada que hablar contigo y que si esto no te lo he dicho a la cara es porque no eres digna que te diga nada a la cara, ¿lo entiendes? ¡No eres digna!

¡Estoy hasta los mismísimos cojones de tus gilipolleces! Ya lo sé que a nuestra edad no hemos madurado, pero hay gente que ya me lo dijo y: ¡una cosa es no madurar y otra ser gilipollas!

¿Sabes qué? Que no me importa lo que pueda pasar a partir de ahora, estas semanas sin ti, ¿sabes como han sido? ¡Las mejores de mi vida! Así que nada, niña, ¡vete por ahí y marea a otro!